Tras cinco noches de encierro en la iglesia de Sant Bernat, los habitantes de las naves de Puigcerdá y Pere IV, en el barrio industrial del Poblenou, en Barcelona, decidieron este sábado finalizar su encierro.
A pesar del incumplimiento de las promesas realizadas por el Ayuntamiento de Barcelona, tanto en materia de alojamiento digno como de agilización de los trámites para la obtención del permiso de residencia, el grupo de alrededor de 50 personas que desde el Lunes ocupaba la iglesia de Sant Bernat ha abandonado la parroquia con el compromiso de continuar la lucha a través de la constitución del Ateneu la Flor de Maig como centro de operaciones para continuar la lucha. La decisión no ha sido bien recibida por parte del grupo. Un gran numero de personas que hasta el lunes vivían en la nave de la calle Puigcerdá, no han obtenido la escasa ayuda de los servicios de emergencias y duermen actualmente en la calle.
Los que si han sido alojados en albergues se quejan de las inhumanas condiciones en las que se encuentran en habitaciones compartidas entre seis personas y en las que tan solo hay una llave.
El Ayuntamiento de Barcelona se apunta un tanto de este modo, en su plan de dispersión de los habitantes de ambas naves, desactivando de este modo todo el potencial que la comunidad ha tenido para sobrevivir en la más absoluta precariedad mientras se ha mantenido unida.